Bajo determinadas circunstancias las personas pueden estar expuestas a eventos negativos, bruscos y potencialmente traumáticos. Los accidentes de tránsito y los delitos contra las personas son ejemplos de esto, ya sea que los vivamos en primera persona, seamos testigos del hecho o nos enteremos que un ser querido atravesó por una situación inesperada de este tipo.
Se calcula que el 70 por ciento de la población estadounidense está expuesta a una situación traumática, de ellos el 20 por ciento, aproximadamente, va a desarrollar estrés postraumático. Se calcula que las mujeres tienen el doble de oportunidad de desarrollarlo que los hombres.
Según la Encuesta Nacional de Victimización 2017 del Ministerio de Seguridad de la Nación, un 11,2% de la población padeció delitos violentos. En lo que respecta a los siniestros viales, el 20% de quienes sobreviven ven afectada su salud mental y/o física. Luego de estas experiencias, son normales los sentimientos de culpa, miedo, irritabilidad, tristeza, hiperalerta, hasta distintas maneras de reexperimentación del trauma. Si los síntomas se presentan dentro del primer mes después del trauma se considera como estrés agudo, pero si se prolongan más allá de este tiempo, hablamos de trastorno por estrés postraumático (TEPT). Hay pocos casos en que también aparecen varios meses (e incluso años) después, se conocen como de inicio tardío (aunque generalmente ya tenían algún síntoma aislado del cuadro).
¿Cómo identificarlo?
Los síntomas que la persona padece inicialmente y que se corresponden con el estrés agudo son de alguna manera una reacción protectora ante un evento de tal magnitud. A medida que el tiempo pasa, en general, las personas suelen tramitar individualmente lo sucedido, sus síntomas se hacen más leves o desaparecen. Si los síntomas persisten o se agravan luego del mes de lo sucedido la persona puede estar padeciendo estrés postraumático.
La sintomatología del estrés postraumático es muy diversa:
-Las pesadillas o sueños desagradables relacionados también son frecuentes, se manifiestan tan intensamente que el paciente suele despertarse con palpitaciones y ansiedad, generándose a posterior situaciones de insomnio o temor a dormirse.
-Flashbacks o la percepción de estar reviviendo la situación traumática.
Otros síntomas intrusivos habituales son los pensamientos desagradables que pueden activarse ante determinados contextos, fechas, personas, olores o ruidos que recuerdan el evento traumático. Aquí también pueden aparecer asociadas reacciones de ansiedad, así como sentimientos de ira, vergüenza o tristeza intensos.
Es recurrente la evitación de pensamientos o sentimientos asociados al trauma, así como de situaciones, actividades, cosas o personas relacionadas. Así como también sentirse emocionalmente distanciado del entorno, con dificultades para experimentar alegría o placer depasar tiempo junto seres queridos.
Las reacciones de sobresalto son habituales, por ejemplo, cuando alguien los sorprende por la espalda o pasa muy cerca suyo. Son personas a las que se las visuliza recurrentemente nerviosas, hiperalertas, irritadas, inquietas, con dificultades para concentrarse. Y por todo esto, suelen evitar lugares con mucha gente. Muchas de las personas que experimentaron una situación traumática manifiestan no sentirse la misma de antes, pierden la confianza y comienzan a tener una imagen muy negativa de sí mismos.
Así, son constantes los reproches y los sentimientos de culpa y vergüenza por no haber previsto la situación o reaccionar a tiempo, experimentan una sensación profunda de pérdida de control sumado a un pesimismo intenso. Es por ello que pierden interés en aquellas cosas que antes les resultaban placenteras o en su planes a futuro.
No solo la visión de sí mismos cambia, sino también la del mundo sienten que no pueden confiar en nadie o que en cualquier momento algo malo va a pasar. Por eso, comienzan a evitar lugares que antes del trauma consideraban seguros, como el supermercado, el cine, entre otros. La ira suele ser habitual, pueden incluso sentir que la vida fue injusta con ellos y tener percepción de abandono
¿Se puede superar el estrés post-traumático?
Las probabilidades de recuperarse parcial o totalmente de estos síntomas son muy altas, un grueso de las personas, más de la mitad de los casos, incluso sin ayuda profesional (generalmente, aquellos en donde no hubo violencia interpersonal), los superan. Cuando los síntomas tienen una intensidad considerable o cuando a pesar del paso del tiempo (luego del mes del evento
traumático) perduran, es recomendable buscar ayuda profesional siempre, porque las probabilidades de recuperarse se vuelven menores y corren más riesgo de que el trastorno se vuelva crónico.
¿Qué puedo hacer si tengo estrés post- traumático?
Informarte sobre los síntomas, hablar del tema con alguien de confianza, buscar ayuda profesional especializada, son los primeros pasos. Confiar en los tratamientos y no darte por vencido. No recurrir al uso de drogas y alcohol para controlar los síntomas, al contrario, estas sustancias empeoran no solo la intensidad de los síntomas sino también, como cualquier recurso que lleve a
evitar el tratamiento, terminará alargando el curso de la enfermedad.
*Por la Dra. Clara Rodríguez, coordinadora médica de la Clínica de Ansiedad y Trauma de INECO