El Día Mundial de los Humedales se celebra cada año el 2 de febrero para crear conciencia en todo el mundo acerca del valor de los humedales para la humanidad y el planeta. También se conmemora la fecha de la adopción de la Convención de Ramsar sobre los Humedales en la ciudad iraní de Ramsar en 1971. Este día se celebró por primera vez en 1997.
El tema central de 2017 es “Humedales para la reducción del riesgo de desastres”: los humedales juegan un importante papel en la reducción del impacto de los fenómenos meteorológicos extremos tales como inundaciones, sequías y ciclones.
Los humedales son una protección natural frente a los desastres naturales extremos
También actúan como esponjas naturales, absorbiendo y almacenando el exceso de precipitaciones y reduciendo así las inundaciones. Durante la época seca liberan el agua almacenada, retrasando el inicio de las sequías y reduciendo la escasez de agua.
La frecuencia de los peligros naturales se ha más que duplicado y la mayoría de estos están relacionados con el clima y la meteorología. Según ONU-Agua, el 90 % de los peligros naturales están relacionados con el agua. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que en el futuro habrá incluso más fenómenos extremos a consecuencia del cambio climático.
No obstante, la población ignora en gran medida esta protección que nos brindan los humedales. De hecho, las personas a menudo consideran los humedales como terrenos baldíos, es decir, algo que se debe rellenar o convertir para otros usos. Los científicos calculan que desde 1900 ha desaparecido al menos el 64 % de los humedales del planeta.
Es importante destacar que los humedales son una protección natural frente a los desastres y nos ayudan a hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos. Además, bien gestionados garantizan la resiliencia de las comunidades y su capacidad de recuperarse de los desastres.
Lo que no se debe hacer
- Extraer el coral de las zonas litorales reduce de manera drástica la protección frente a los desastres.
- Canalizar los ríos y limitar el drenaje actúa aumentando las crecidas, porque merma la capacidad de absorción de las llanuras de inundación tan necesarias.
- Quitar los manglares para convertir ese espacio en lugares para la acuicultura.
- Usar esa agua de los humedales para la agricultura en época de sequía.
- Quemar o drenar las turberas expulsando una gran cantidad de carbono.
- No llevar un control exhaustivo sobre la contaminación de las aguas.
Cómo mantener humedales sostenibles
- Denominando a esos lugares y a su biodiversidad como “Áreas protegidas”.
- Desarrollando campañas de sensibilización entre toda la población (especialmente entre aquellos que suelen estar directamente relacionados por su trabajo o actividad) para su uso y disfrute.
- Controlando los vertidos ilegales, la pesca y la caza en la zona.
- Estudiando cuáles son los factores externos que pueden atentar contra su vulnerabilidad y realizando las acciones necesarias para tener una previsión de las consecuencias de los mismos, llevando a cabo las operaciones necesarias para que no ocurran o que sus efectos sean los mínimos posibles. Capacitando a las personas indispensables para la puesta en funcionamiento de esa protección.
- Realizando periódicamente trabajos de rehabilitación y limpieza del entorno, como ríos o arroyos.
- Brindando la oportunidad a la sociedad civil de que participe activamente y de forma continuada en su defensa mediante políticas específicas.
Fuente: Conciencia Eco