El 12 de mayo se celebra, desde 1992, el Día Internacional de Conciencia sobre las Enfermedades Inmunológicas y Neurológicas Crónicas (CIND): la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la encefalomielitis miálgica, el síndrome de la guerra del Golfo, y la sensibilidad química múltiple.
Reconocida en 1992 por la OMS y organizaciones médicas internacionales como una enfermedad de reumatismo no articular, la fibromialgia se caracteriza por un cuadro de dolor músculo-esquelético crónico y generalizado de origen desconocido, sin que existan otras patologías o alteraciones que lo expliquen.
La prevalencia de esta enfermedad, que constituye un problema frecuente en la práctica clínica, oscila entre el 0,7 y el 2% de la población y afecta mayormente a las mujeres. Como es la causa más frecuente de dolor osteomuscular generalizado y crónico, genera un círculo vicioso negativo que paulatinamente afecta todas las áreas de desempeño de la persona incluyendo lo laboral, lo social y familiar.
¿Cuál es el cuadro clínico de estos pacientes?
El síntoma principal de las personas que sufren fibromialgia es el dolor en localizaciones anatómicas definidas: lumbar, cervical, hombros, rodillas, muslos y brazos, y suele empeorar con el frío, infecciones, estrés y falta de sueño.
Es un problema frecuente en la práctica clínica que oscila entre el 0,7 y el 2% de la población
Otro de los síntomas, que se muestran típicamente asociados al dolor, es el agotamiento o fatiga crónica que oscila durante el día con una intensidad moderada a severa. También es frecuente que estos pacientes tengan trastornos del sueño: dificultades para conciliarlo o interrupciones frecuentes durante la noche. Además de otros síntomas como el síndrome del colon irritable, síndrome de vejiga irritable, rigidez del cuerpo (generalmente matutina), cefaleas, malestar abdominal, parestesias, entumecimiento y mareos. Y aunque no es una enfermedad mental, el 30% sufre cuadros como ansiedad o depresión, y trastornos cognitivos como dificultad para concentrarse o retener información.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de FM es eminentemente clínico, y los resultados de radiografías, análisis de sangre y biopsias musculares presentan resultados normales. Durante el examen físico general, tanto la movilidad articular como el equilibrio muscular y la exploración neurológica son normales, y no se aprecian signos inflamatorios articulares.
¿Cómo se trata?
Si bien la evolución de la enfermedad es crónica, el pronóstico puede mejorar con un diagnóstico precoz, información correcta, y un enfoque terapéutico acertado. No existe un tratamiento curativo hasta el momento, pero dentro de las opciones de tratamiento se recomiendan: programas de ejercicios aeróbicos, ejercicios de fortalecimiento muscular y de estiramiento o flexibilidad, técnicas de relajación para aliviar la tensión muscular y la ansiedad, y programas educativos que le ayuden a comprender y controlar la fibromialgia. Además, se ha comprobado que la terapia cognitivo-conductual, mindfulness, kinesiología, la terapia ocupacional, la musicoterapia, la terapia recreacional y la danza terapia son muy efectivas.
El pronóstico puede mejorar con un diagnóstico precoz y un enfoque terapéutico
Con respecto al tratamiento farmacológico, hay algunas drogas aprobadas para la FM, que han demostrado eficacia en el manejo de los siguientes síntomas: reducción del dolor y la ansiedad, mejoría del sueño y en la calidad de vida.
*Dra. Evangelina Melgar, experta en fibromialgia del Dpto de Psiquiatría de INECO