Salud

Cuidar a las personas mayores, una responsabilidad de todos

Con el paso del tiempo, en la medida que van mermando sus capacidades motrices y cognitivas, los adultos mayores se tornan más dependientes y necesitan del soporte de terceros para llevar una vida sana y saludable

Autor: RSalud 17 julio, 2020

Por el Dr. Eduardo Silvestre, Divulgador Científico de Grupo Medihome (M.N. 57.969)

El acompañamiento familiar en este período de la vida cobrará particular relevancia. Es importante destacar que este “cuidado particular” no siempre es requerido e incluso muchas veces es rechazado. Con el argumento de la autonomía y de no transformarse en una “carga” para sus afectos, es común que las personas mayores rehúsen la ayuda que sus familiares pretenden brindarles. Es menester de quienes lo acompañan diseñar las estrategias adecuadas para que este cuidado no sea vivido como una dádiva.

La irrupción de la pandemia ha modificado sustancialmente la forma de vida de todas las personas y genera numerosos inconvenientes tanto en la salud como en las costumbres de las familias. Si bien es una problemática que atraviesa a todas las etapas de la vida, son los adultos mayores una población particularmente vulnerable. El aislamiento domiciliario y el distanciamiento social producen un considerable impacto que no debemos subestimar. Pero no son solo “emocionales” los trastornos que se producen, la obligatoriedad de permanecer dentro de la casa y la suspensión de actividades con terceros (grupos de pares, hijos, nietos) los lleva, muchas veces, a asumir conductas de riesgo inadecuadas para su edad -subirse a escaleras, limpiar alacenas altas, podar árboles, etc.- que favorecen los accidentes intrahogareños.

Trabajar con las características de la vivienda y adaptarla a las nuevas necesidades de esta etapa de la vida será prioritario para disminuir la tasa de accidentes. Señalar los desniveles, poner barandas en las escaleras, corregir las irregularidades del suelo, proteger la red eléctrica (disyuntores, llaves térmicas), detectores de monóxido de carbono, adaptación de la cama, son, entre otros, elementos indispensables en la vivienda de todo adulto mayor. Un estudio realizado en la Universidad de Harvard muestra que entre el 30 y el 40% de las personas mayores de 65 años sufren caídas en sus hogares. Esta proporción aumenta con la edad alcanzando el 50% en los mayores de 80 años. En las instituciones geriátricas la tasa es de 50% a los 65 años.

Trabajar con las características de la vivienda y adaptarla a las nuevas necesidades será prioritario para disminuir la tasa de accidentes

En este mismo estudio se pudo comprobar que tendrán lesiones graves 5% de los accidentados en el hogar y 10% de los institucionalizados. En 2015, en Estados Unidos, los costos en salud a causa de accidentes en el hogar ascendieron a 50 billones de dólares. Se ha demostrado que el 95% de las fracturas de cadera en las personas mayores, se deben a caídas y quienes ya han tenido una, tienen un 14% de posibilidad de sufrir un segundo accidente.

Además de la propensión a los accidentes, la salud general de los adultos mayores se va deteriorando y se hacen más frecuentes los Ataques Cardiovasculares y Cerebrales, las Crisis Hipertensivas, las descompensaciones Diabéticas, entre otras.

Un párrafo especial merecen las intoxicaciones medicamentosas. Es común la disponibilidad en el hogar de los adultos mayores de hipnóticos, sedantes, antipsicóticos, antidepresivos y opiáceos, entre otros, cuya ingestión inadecuada puede ocasionar cuadros graves y fatales.

Fomentar la actividad física en nuestros adultos mayores es de capital importancia. Tener en cuenta que la tendencia general es a limitarla. Una investigación comprobó que en aquellas personas que habían tenido un accidente hogareño previo, debido al  “miedo a caerse”, el 60% limita moderadamente su actividad y el 15% lo hace en forma total.

Cuidar a los adultos mayores es una responsabilidad de todos. Proveerles un entorno apto y acompañamiento afectivo apropiado serán los pilares fundamentales para que transiten, con la menor cantidad de sobresaltos posibles,  esta etapa de la vida. Tengamos en cuenta que “este acompañamiento” no debe ser presentado como una obligación o una “deuda a pagar” porque, si así es percibido, la tendencia será a que sea rechazado. Es aconsejable que no recaiga en una sola persona, y que si se necesita, se busque ayuda por fuera del grupo familiar. El Plan Médico Obligatorio contempla, a través de las Empresas de Internación Domiciliaria, la provisión del recurso humano y físico necesario para aquellas situaciones que lo requieran.

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