Se estima que 1 de cada 100 argentinos convive con la intolerancia permanente al gluten, presente en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC), así como en sus productos derivados. El gluten es el nombre con que se denomina a las proteínas vegetales.
Tras la sanción de la Ley Celíaca (N°26.588) en 2009 y la creación de un programa específico se habilitaron 16 laboratorios para la realización del análisis de gluten en alimentos y otros 8 se encuentran en proceso de adecuación edilicia, en tanto que los reactivos de detección antitransglutaminasa IgA para efectuar los análisis de sangre específicos fueron distribuidos en 83 hospitales de 21 provincias argentinas, informó el Ministerio.
El 1% de la población convive con la enfermedad
Desde hace 6 años, sólo en la provincia de Buenos Aires se distribuyeron 12.000 tests rápidos de detección en servicios de gastroenterología de hospitales provinciales. Los pacientes completan una planilla que le permite al médico sospechar la enfermedad y hacer el análisis de sangre que, junto con la biopsia de intestino, permite el diagnóstico.
“La idea es que los médicos empiecen a pensar en celiaquía cuando los pacientes presenten determinados síntomas, que en rigor son numerosos y variados, y muchas veces parecen no tener nada que ver con una intolerancia alimentaria y se confunden con otras afecciones”, explicó la cartera a través de un comunicado.
De acuerdo con el informe del ministerio que conduce Alejandro Collia, “los casos de celiaquía registrados en hospitales dan cuenta de una mayor prevalencia entre las mujeres: casi el 80 por ciento del total, en una relación de dos mujeres por cada hombre”.
Las personas pueden pasar muchos años sin ser diagnosticadas
Según el protocolo médico, cada vez que se detecta un caso, se convoca a los familiares para realizarles el análisis inicial ya que 1 de cada 8 personas del vínculo de un celíaco también puede padecer la enfermedad.
Mejor acceso a los alimentos
A la detección temprana en los hospitales también se suma el control de los alimentos como un punto clave para que los afectados puedan sobrellevar la enfermedad con mejores perspectivas. Mientras en 2009 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) contaba con un registro oficial de alimentos libres de gluten compuesto por 1.200 productos, en la actualidad esa base ya alcanza los 4.600 y está disponible en Internet.
Sin embargo, y a pesar que las obras sociales y prepagas cubren los costos de las harinas y premezclas libre de gluten, aún son productos con un costo que hasta triplica al resto dado que no tiene subsidios estatales.
Si bien la celiaquía no se cura, se puede controlar con una dieta adecuada
Recién en los últimos meses la Secretaría de Comercio Interior incorporó más de 60 variedades de productos aptos para celíacos al nuevo listado del programa Precios Cuidados. Pero los consumidores aún plantean reclamos porque consideran que falta incorporar más variantes.
Al parecer, como se trata de productores PYME, las posibilidades de abastecer a todo el país son escasas, sumado a que para muchas empresas no les resulta redituable la producción a poca escala.
Sin bien la celiaquía no se cura, se puede controlar totalmente con la dieta especializada. Es importante que el paciente haga una dieta equilibrada y balanceada para que no pierda nutrientes.
La dieta libre de gluten incluye una gran variedad de productos que permiten al celíaco tener una alimentación saludable y variada. Se basa, fundamentalmente, en alimentos naturales y frescos que no contienen esta proteína, tales como: carnes, huevos, leches, pescados, legumbres, frutas, verduras. También cereales sin gluten, como el maíz o el arroz.
Cerca del 70% de los productos manufacturados contienen gluten
Aproximadamente el 70% de los productos manufacturados contienen gluten. Es por ello que al leer las etiquetas hay que tener especial cuidado en tres aspectos: existen ingredientes mencionados bajo un mismo nombre que no indican su procedencia pero que sí pueden contenerlo, como por ejemplo el concentrado proteico.
Lo cierto es que las personas pueden pasar muchos años sin ser diagnosticadas. Mientras más temprano se sepa el diagnóstico, más rápido llegará la mejora en la calidad de vida.
Sintomatología
Se manifiesta a través de diferentes síntomas y signos, según la edad:
EN NIÑOS: Suele presentarse “diarrea crónica” (síndrome de mala absorción), vómitos reiterados, marcada distensión abdominal, falta de masa muscular, pérdida de peso, retraso del crecimiento, escasa estatura, cabello y piel secos, descalcificación, inapetencia, mal carácter o irritabilidad, alteraciones en el esmalte dental, dislexia, autismo, hiperactividad etc.
EN ADOLESCENTES: Dolor abdominal, falta de ánimo, rechazo a la actividad deportiva, retraso en el ciclo menstrual y frecuentemente baja talla comparativa con los hermanos o llamativamente menor en función de lo esperado por la altura de sus padres, retraso puberal, estreñimiento, queilitis angular, aftas recurrentes, anemia ferropénica, cefaleas, etc.
EN ADULTOS: Osteoporosis, fracturas, artritis, diarreas, estreñimiento, desnutrición, abortos espontáneos, hijos recién nacidos con bajo peso, impotencia, infertilidad, pérdida de peso, anemia ferropénica, caída del cabello, colon irritable, menopausia precoz, astenia, depresión, epilepsia, neuropatías periféricas, cáncer digestivo, etc.
Existen enfermedades asociadas o autoinmunes, que suelen preceder al diagnóstico de la celiaquía o manifestarse simultáneamente como: Dermatitis herpetiforme, Síndrome de Down, Déficit selectivo de IgA.
Dentro de las enfermedades autoinmunes se encuentran: Diabetes tipo I, Tiroiditis autoinmunes, Síndrome de Sjögren, Artritis reumatoidea, Psoriasis, Vitiligo, Alopecia areata, Lupus eritematoso sistémico, Enfermedad de Addison, etc.