La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como ‘un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad’[1]. En algún punto, la pandemia alteró todos y cada uno de los aspectos que conforman esta definición; por eso, no sorprende que los especialistas estén identificando en nuestro país incrementos en los casos de trastornos de salud mental, con distintos niveles de gravedad.
En el marco del #DíaMundialDeLaSaludMental, que se conmemora cada 10 de octubre, se alertó sobre el carácter prácticamente epidémico que vienen teniendo los trastornos de este tipo, tales como el estrés, la angustia, la ansiedad o la depresión, con distintos niveles de complejidad y severidad, y los desafíos que representa su abordaje para los sistemas de salud.
Estrés, angustia, ansiedad y depresión son algunas de las condiciones que se incrementaron
Esta propuesta, liderada por la Asociación Argentina de Psiquiatras, integra la campaña de concientización denominada Vacunación, Prevención y Control, que están llevando adelante en forma conjunta 32 sociedades médicas, con la coordinación de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME); una iniciativa orientada a promover que no se descuide el buen manejo de las enfermedades, más allá del COVID-19, en este contexto tan extraordinario de pandemia.
Una encuesta realizada por la OMS a mediados de 2020 ya había mostrado que los servicios de atención para los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias se habían visto considerablemente interrumpidos[2] y la pandemia trajo aparejada una ola de trastornos vinculados a la salud mental, tales como estrés, angustia, ansiedad y depresión, que afectó a distintos grupos:
– Población general: por miedo al contagio, angustia y problemas económicos, entre otros.
– Personas que viven solas: por el elevado aislamiento que experimentaron.
– Duelos complejos: quienes no pudieron acompañar los últimos días de alguien o despedirlos como hubieran querido.
– Pacientes recuperados de COVID-19: con variados niveles de secuelas físicas, psicológicas y neuropsiquiátricas.
– Diagnósticos previos a la pandemia: quienes presentaban trastornos antes y su manejo se vio interrumpido o su cuadro se exacerbó por el contexto general.
– Trabajadores de la salud y, particularmente, de salud mental: por su trabajo incansable y silencioso. Se calcula que las secuelas durarán muchos años.
“Todos estos perfiles diferentes nos dan la pauta de que la pandemia ha sumado y sumará una gran cantidad de personas con trastornos mentales a un sistema de atención sanitaria que ya estaba al límite de sus capacidades”, reconoció el Dr. Ricardo Corral, Presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP).
Además, estudios recientes demostraron que, en este complejo contexto, aquellos sectores de la población que presentan menores recursos económicos, habitacionales y educativos presentan más riesgo de enfermedad y de presentar padecimientos psíquicos.
Para este Día Mundial, el lema propuesto por la OMS es ‘Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad’. Sobre este punto, la Dra. Susana Baldini, Directora Médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), destacó que “visibilizar los trastornos de salud mental es el primer paso para que todos como sociedad tomemos conciencia de su relevancia y de la importancia de su adecuado diagnóstico y abordaje integral”.
En la misma línea, el Dr. Corral advirtió que “no hay que reducir los trastornos mentales a meros ‘padecimientos psíquicos’, un concepto ambiguo que abarca a cualquiera que atraviesa una dificultad, porque esto puede invisibilizar las formas clínicas más severas del sufrimiento mental y vulnerar el derecho de las personas afectadas a recibir asistencia. No hay conducta más estigmatizante que ignorar la existencia de un trastorno que afecta la vida de un individuo y de su entorno, banalizando o minimizando su sufrimiento”.
Está demostrado con evidencia científica que intervenir a tiempo, ante los primeros episodios y en forma interdisciplinaria, es una estrategia efectiva para atenuar los efectos de los padecimientos, pudiendo disminuir la carga de la enfermedad y la necesidad potencial de hospitalizaciones.
Muchas veces la persona y su entorno subestiman el alcance de lo que está sucediendo
A partir del diagnóstico, según la evolución de los cuadros y la etapa del tratamiento en que cada paciente se encuentre, el equipo de salud tratante determinará, junto con el paciente y su entorno, qué terapéutica farmacológica y no farmacológica se debe seguir.
“El mensaje esperanzador que queremos llevar a la comunidad en este Día Mundial es que se puede estar mejor. Muchos trastornos pueden evolucionar favorablemente con el adecuado abordaje y seguimiento en el tiempo. El paso más difícil a veces es pedir ayuda y acudir al profesional de la salud preparado para brindarla. A partir de allí, es un trabajo en equipo y existe mucho por avanzar en el camino hacia una vida mejor”, concluyeron desde la Asociación Argentina de Psiquiatras.
Referencias
[1] OMS. Sala de Prensa. Hoja de datos. Salud mental, fortaleciendo nuestra respuesta. Link.
[2] OMS. Campañas. Salud Mental. Acerca del Día Mundial 2021. Link.