El criticado aumento tarifario trajo consecuencias en la población y en las industrias. No alcanza con apagar luces o reducir el consumo de agua, por eso las empresas comenzaron a realizar diagnósticos sobre sus equipos y esquemas de trabajo. De eso se ocupa Lenor, que comenzó con sus actividades como organismo de evaluación en 1999.
“Nacimos de la mano de la resolución de cumplimiento obligatorio 9298 de seguridad eléctrica, fuertemente orientada al área de ensayos eléctricos y seguridad. En la región también surgieron otros regímenes obligatorios por eso implementamos la misma operación en Chile, Colombia y Ecuador”, contó el ingeniero Roberto Stazzoni, gerente de Desarrollo de Servicios Industriales de Lenor.
El sector salud puede ahorrar en iluminación, ascensores y bombas
A partir del 2010 el área de inspecciones de Lenor comenzó a tener injerencia a nivel local en servicios industriales: inspecciones de plantas, puesta a tierra, entre otras necesidades. “Contamos con un área de calibraciones que surge como área de servicios internos dentro del laboratorio, donde tenemos muchos equipos acreditados, que forman parte de la Red SAC del INTI”, dijo el gerente.
Ahorro de energía
Por los ajustes tarifarios lanzados en 2016, y la necesidad de reducción de huella de carbono y efectos de gases del infecto invernadero, Lenor empezó a trabajar en los programas de eficiencia energética. Tanto en forma particular, como a través de la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética, que gestiona líneas de crédito que entrega el Banco Mundial dentro del programa GEF (Fondo Mundial para el Medio Ambiente).
“Como consecuencia de una auditoría se identifican oportunidades de ahorro energético, algunas de las cuales pueden necesitar una inversión importante. En ese caso, si se justifica adecuadamente que el recupero de inversión en términos energéticos es interesante, se puede aplicar para un crédito del Banco Mundial que se gestiona a través de la Subsecretaría”, indicó el gerente.
Se analizan tanto los equipos como el proceso de trabajo en las industrias
El proceso de diagnóstico -explicó Stazzoni- tiene una fase inicial donde se recaba información preliminar: qué tipo de energía se consume, si es eléctrica, gas o combustibles líquidos. “Luego hacemos un análisis de las facturas disponibles de la empresa tres años hacia atrás para ver si hay estacionalidad, es decir signos o señales que se repitan en momentos determinados. Por ejemplo, períodos de vacaciones. Pedimos descripción de procesos y listado de equipos para vincular el consumo energético con las características y equipos de la empresa”, dijo el gerente.
Ese análisis se complementa con visitas y, en base a ese trabajo, se saca una primera conclusión. De acuerdo a Stazzoni, suelen surgir algunos “diamantes superficiales en la mina”, con oportunidades de ahorro de dinero. Por ejemplo, si la empresa compra energía o potencia cara, o si puede ingresar en algún régimen tarifario beneficioso.
“Se pasa luego a una etapa operativa en la que se planifica el trabajo a realizar en la planta, como mediciones y evaluaciones. Acá se empiezan a encontrar otros diamantes como cuestiones asociadas con cambios conductuales de la organización: dejar apagado un equipo, o no encender en ciertos horarios”, agregó Stazzoni.
En una tercera etapa se identifican ahorros por cambios tecnológicos, sustitución de equipos por otros más eficientes, o cambios de transportes. Es decir, es una etapa de mucha interacción con la empresa para analizar el retorno de la inversión.
Lenor tiene operaciones en Chile, Colombia y Ecuador, y en Asia
“En general los argentinos no nos hemos acostumbrado al ahorro energético tal vez de la mano del atraso tarifario. Las conductas y la adopción de equipos eficientes no eran cosas muy arraigadas. Pero a partir del cambio tarifario tanto las industrias como las familias comenzaron a entender que era una cuestión de retorno en términos de inversión atractiva. Si se suma la corriente de los ambientalistas, el balance empieza a inclinarse. En este último año el interés por los temas energéticos fue mucho mayor que en años anteriores”, aseguró el gerente de Lenor.
Ahorrar en el ámbito de la salud
En el laboratorio de Lenor se trabaja con fabricantes de equipos electromédicos. El consumo y la eficiencia son una gran preocupación para este sector -dice Stazzoni-, tanto de quien fabrica como de quien compra.
“También trabajamos en eficiencia de aires acondicionados e iluminación. En cuanto los edificios del sector salud, la problemática es que tienen que ser atendidos con sistemas redundantes y no siempre son los más eficientes”, indicó Stazzoni.
Según el gerente, los centros de salud tienen interés en hacer un diagnóstico de sus equipos y edificios porque los distintos costos del sector hacen que la carga sea muy pesada. Pero recomienda “utilizar fuentes de iluminación más eficientes, sustituyendo las incandescentes por fluorescentes (que tienen mercurio), y luego reemplazándolas por led. De hecho, se puede acceder a un crédito de la Subsecretaría para reemplazar la iluminación por led”, dijo el gerente de Lenor.
Además, se puede reducir costo en la cocina, en el estacionamiento, en el motor del ascensor y la bomba de agua. “Se debe verificar que no haya derroches de agua en los baños”, sumó Stazzoni, quien recordó que en el ahorro energético hay ventajas adicionales como las medioambientales, la sustentabilidad y el ahorro de gases de efecto invernadero.
Fondo argentino de eficiencia energética
En este link hay más información sobre los créditos que gestiona la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética en conjunto con el FONAPYME (Ministerio de Producción): http://www.energia.gob.ar/contenidos/verpagina.php?idpagina=4042