La enfermedad renal crónica (ERC) es padecida por 850 millones de personas en el mundo y provoca al menos 2,4 millones de muertes al año. La población pediátrica también es afectada por esta enfermedad, muchas veces generando problemas de salud que derivan en falla renal grave y la consiguiente necesidad de tratamiento de diálisis y/o trasplante. En menores de 18 años, la incidencia de la ERC es de 12 nuevos casos por millón de habitantes al año. Es por ello que el Hospital Garrahan advierte sobre la necesidad de prevenir los problemas renales desde antes del nacimiento.
«Estamos enfocados en la detección temprana de la patología renal. Las enfermedades renales son a menudo silenciosas, por eso la detección precoz en la infancia del riesgo de desarrollar daño renal es muy importante», afirma Marta Adragna, jefa del Servicio de Nefrología del Garrahan, y destaca que la ERC “puede ser prevenida en gran medida, pero una vez adquirida no tiene cura”. Además, la ERC no presenta síntomas hasta etapas avanzadas, es silenciosa y progresiva, “con lo cual prestar atención a la calidad de vida es fundamental”.
En este sentido, el Servicio de Nefrología del Garrahan recomienda a la comunidad médica en general a “promover hábitos saludables y reducir o eliminar la exposición a factores de riesgo de futuras madres, bebés, niños y niñas y adolescentes”. Adragna asegura: “La prevención de enfermedades renales comienza antes del embarazo, se realiza durante el embarazo y durante toda la infancia. Todos somos responsables: médicos, padres, cuidadores, escuelas, jardines infantiles y también la comunidad en general”. También es importante destacar el rol del pediatra, un factor fundamental en la detección precoz.
Las medidas de prevención más importantes tienen que ver con los patrones de alimentación, la realización de actividad física en forma diaria y la no exposición a factores de riesgo como el humo de tabaco, el alcohol y los medicamentos nefrotóxicos, durante el embarazo y el crecimiento. «Llevar una dieta sana, incorporando desde la edad temprana el consumo diario de frutas y verduras, controlar el peso y evitar el sedentarismo son claves para prevenir y mejorar las afecciones renales», subraya Adragna.
Por su parte, el jefe del Servicio de Urología, Juan Pablo Corbetta, destaca que es “sumamente importante el diagnóstico prenatal de uronefrosis, las anomalías del tracto urinarios obstructivas congénitas, ya que es un signo precoz de una posible patología renal”. También detalla que pueden detectarse con las ecografías durante el embarazo, por lo que “es muy importante llevar los controles necesarios”. La mayoría de las uronefrosis prenatales pueden resolverse en forma espontánea sin intervención quirúrgica o sin aparición de complicaciones; sin embargo, su existencia “es una alerta tanto para médicos como para la familia”.
El Servicio de Nefrología del Garrahan es referente en el tratamiento de la enfermedad renal crónica avanzada y constituye el centro de diálisis y de trasplante renal pediátrico -junto al Servicio de Urología del Hospital- más grande de Latinoamérica: lleva más de 900 pacientes trasplantados y realiza el 50% del total de los trasplantes renales de menores de 18 años en el país.