Ya pasaron 137 años de aquel 24 de marzo de 1882, cuando el Dr. Robert Koch descubrió el Mycobacterium tuberculosis (también llamado Bacilo de Koch), la bacteria que causa la tuberculosis. Sólo en los Estados Unidos y Europa (de donde se tenían registros) esta enfermedad era la responsable de la muerte de una de cada siete personas.
Este temprano descubrimiento podría suponer que con el paso de los años se consiguió su erradicación. Pero no es así.
Sólo en la Argentina, los últimos datos señalan que se diagnosticaron 11.560 casos de tuberculosis, con una tasa de 757 muertes y con un marcado aumento progresivo de prevalencia a lo largo de los años. El 17% de los casos se registra en niños y adolescentes menores de 20 años. La mitad de ellos, en la franja etaria de 15 a 19.
Este crecimiento de la tuberculosis, no sólo en la Argentina sino en todo el mundo, se evidencia en sus estadísticas: se trata de la novena causa de muerte en el mundo y la primera causa de muerte por enfermedades infecciosas. Es esta realidad lo que motiva a que este año el lema del Día Mundial de la Tuberculosis, celebrado cada 24 de marzo, sea “Ya es hora”, en clara referencia a la intención de ponerle fin a esta enfermedad.
La tuberculosis es una enfermedad social, contagiosa y curable. En lo social, es una enfermedad que históricamente se la ha relacionado a condiciones de pobreza. Sin embargo, esta frontera se ha traspasado, ya que se ha evidenciado que existe un marcado crecimiento en grandes centros urbanos y en personas de buena posición económica.
Si bien Salta, Jujuy y Formosa son las provincias que evidencian una alta concentración de casos de tuberculosis, en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires se registra el 45% de los casos de todo el país. Esto nos debe llevar a considerar que conforme empeore la situación económica, así como la falta de información (lo que lleva a un retraso del diagnóstico y, por consiguiente, del tratamiento), la tasa de incidencia de esta enfermedad continuará en aumento.
Síntomas de la tuberculosis
El principal campo de acción de la bacteria son los pulmones, con un 85% del total de casos, pero también tiene la capacidad de invadir otros órganos, como los riñones, meninges e intestinos, entre otros. Esta bacteria se disemina a través del aire, cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. Los síntomas más frecuentes que pueden hacer sospechar la presencia de tuberculosis son:
- Tos severa de tres o más semanas de duración.
- Expectoración con sangre.
- Descenso de peso involuntario.
- Inapetencia.
- Debilidad o fatiga.
- Febrícula o fiebre y escalofríos.
- Sudoración nocturna.
En la Argentina, el Calendario Nacional de Vacunación contempla de manera obligatoria la vacuna BCG, que se aplica a recién nacidos previo a su egreso de la maternidad para proteger de las formas graves de tuberculosis (por ejemplo, meningitis u osteomielitis).
Esta vacuna, a pesar de ser sumamente segura, es efectiva contra los casos más severos de la tuberculosis y no es de aplicación obligatoria en todo el mundo. De hecho, en los Estados Unidos su utilización sólo está recomendada su administración en ciertas personas que reúnan criterios muy específicos y después de consultar con un experto en tuberculosis. En los niños, solo se considera para aquellos que tengan un resultado negativo en la prueba de detección de la tuberculosis y que estén expuestos en forma continua y no se les pueda separar de los adultos que no hayan sido tratados contra la enfermedad de tuberculosis o su tratamiento no haya sido eficaz o tengan enfermedad de tuberculosis causada por cepas resistentes a la isoniazida y la rifampicina. En ese país existe una tasa de 2.8 casos por cada 100.000 personas, según datos del Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Otro problema muy importante es la coinfección de la tuberculosis con el VIH. Esto significa que aquellas personas que ya tienen una infección por el VIH tienen mayor riesgo de contraer tuberculosis, ya que su sistema inmunitario se encuentra disminuido.
Tratamiento
El tratamiento se basa en una combinación de tres o cuatro fármacos que deben administrarse por, al menos, seis meses. Esto tiene un efecto negativo en la adherencia, lo cual aumenta las posibilidades de que la bacteria no sea exterminada e incremente las chances de su propagación, además de promover la tan temida resistencia bacteriana.
Entre las drogas utilizadas como tratamiento de primera línea figuran: isoniazida, rifampicina, etambutol y pirazinamida.
Los objetivos de la campaña de difusión de este año es lograr que la tasa de éxito del tratamiento sea mayor al 85%, pero, por los problemas expuestos, en la actualidad apenas se llega al 50%. Por eso, es fundamental la importancia en la información que reciba el paciente y toda la comunidad.
En este contexto, la Argentina adhiere a la campaña “Ya es hora” y a la propuesta de la OMS / OPS de “poner fin a la tuberculosis de aquí al 2035”.
Ya es hora de hacer pruebas de detección. Ya es hora de completar los tratamientos. Ya es hora de reforzar la educación. Ya es hora de tomar conciencia. Ya es hora de terminar con el estigma. Ya es hora de erradicar la tuberculosis.