Ciencia

Una argentina vuelve a ganar el prestigioso premio internacional «Por las mujeres en la ciencia»

Karen Hallberg, elegida para recibir el premio LOréal Unesco por América latina. La física dirige un equipo de 15 personas en el Centro Atómico Bariloche

Autor: RSalud 11 febrero, 2019

Desde muy chica, la física argentina Karen Hallberg se sintió fascinada por los enigmas del mundo. Era tal su avidez por encontrar respuestas a las innumerables preguntas que le inspiraba su entorno, que en su familia solían llamarla «señorita por qué».

«Recuerdo que volvía corriendo de excursiones a la Quebrada de Humahuaca [en Jujuy, donde creció] para ver a Carl Sagan en la serie Cosmos», confiesa desde Bariloche, donde hoy es profesora del Instituto Balseiro, investigadora principal del Conicet, y jefa del departamento de materia condensada de la gerencia de física de la Comisión Nacional de Energía Atómica en el Centro Atómico de esa ciudad.

Hallberg, un nombre de referencia en el escenario internacional en teoría cuántica de la materia condensada, una disciplina que estudia los fenómenos emergentes de las propiedades cuánticas de la materia, acaba de ser elegida como una de las cinco mujeres del mundo que serán laureadas el próximo 15 de marzo con el premio L’O’réal-Unesco «Por las mujeres en la ciencia», que en esta oportunidad se otorga a ciencias de la tierra, computación, astronomía, matemática, ingeniería, química y fisica. El galardón, que se entrega desde hace 21 años, reconoce los aportes científicos de investigadoras extraordinarias, una por cada continente, es decidido por un jurado internacional de altísimo nivel y reconocido como el más prestigioso destinado a las científicas.

«Estoy muy contenta -exclama la investigadora, que además es madre de un graduado en ciencias de la computación y una médica que está haciendo su residencia en ginecología y obstetricia, juega al tenis, corre, anda en kayak, hace trekking y, como si todo esto fuera poco, toca el cello-. Ésta es una de las acciones más importantes para promover el lugar de la mujer en la ciencia, la más visible. ¡Me tomó completamente por sorpresa! Casi todos los premios L’Oréal-Unesco internacionales otorgados con anterioridad a científicas argentinas habían sido para la biomedicina, salvo el de Mariana Weissmann (también física), en 2003. Por supuesto es lindo que reconozcan el trabajo de uno, pero lo más importante es que permite visibilizar la física local, un área que, como en ciencias de la tierra, computación, astronomía, matemática, ingeniería, física y química solo alrededor del 30% de los estudiantes son mujeres, y la participación femenina va disminuyendo a medida que se avanza en la carrera. Esa proporción es incluso menor en el Instituto Balseiro: solo un 10% de los estudiantes son mujeres, no tenemos ninguna profesora titular y una sola profesora asociada. Esto da la oportunidad de transmitir un mensaje».

La «atómica»

Descendiente de suecos, italianos y británicos (curiosamente, su abuelo materno se llamaba Charles Chaplin), y tan bella a los 54 como cuando a los 16 fue coronada reina nacional en la Fiesta Nacional de los Estudiantes (un título que también ganaron Daniela Cardone y Carolina Ardohaín, «Pampita»), Karen estaba decidida a ir a Bariloche desde que estudiaba en el Colegio Nacional de Juuy: sus amigos de la adolescencia le decían «la atómica». Llegó con 19 años e ingresó con una amiga. El año anterior y el posterior no hubo mujeres. Allí conoció a su marido, el también físico Ingo Allekotte, y se casaron tres días después de graduarse. Al año, mientras estaba haciendo su doctorado, nació su primer hijo, Kevin, y tres años más tarde, Tania.

Actualmente al frente de un equipo de 15 personas, explica que su trabajo se basa en «desarrollar métodos numéricos para estudiar las propiedades de materiales complejos, en particular superconductores».

«Es física básica -destaca-. Aunque en 1986 se descubrieron materiales superconductores [es decir, que permiten el paso de la electricidad sin ofrecer resistencia ni pérdida de energía] a temperaturas más altas, todavía no se puede explicar bien de donde surgen estas propiedades emergentes. En el momento de hacer los cálculos, nos falta información. Junto con mis estudiantes, abrimos el camino para calcular las propiedades físicas precisas de estos materiales novedosos. Ahora tenemos uno de los métodos más precisos del mundo. Y gracias a eso hace poco pudimos describir nuevas ‘cuasiparticulas'».

Interesada por el papel ético y social de la ciencia, Hallberg integra, además, el consejo de la Organización Pugwash, creada luego de que Albert Einstein, Frédéric Joliot-Curie y Bertrand Russell instaran a realizar conferencias mundiales para promover el desarme nuclear, y que hoy intenta aportar conocimiento y racionalidad a la toma de decisiones.

Este año también habrá una joven investigadora argentina entre las «rising talents», María Alejandra Molina, investigadora adjunta del Conicet en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Fisicoquímicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, que no hace mucho regresó al país después de trabajar varios años en Alemania. Fue distinguida por su proyecto de desarrollo de nanogeles capaces de liberar selectivamente antibióticos a bacterias bajo un estímulo térmico generado por la radiación infrarroja cercana. La tecnología permitiría paliar la resistencia microbiana, uno de los problemas críticos que la OMS incluyó entre los principales desafíos de la salud pública para este año.

Según explica Molina en un comunicado de la comisión organizadora del premio, los nanogeles son sustancias que se utilizan habitualmente como cápsulas para la liberación controlada de fármacos, pero en este caso se intenta cargarlos con antibióticos que se liberen al encogerse el gel como consecuencia de su calentamiento por medio de la radiación infrarroja. Esto a su vez habilitaría el funcionamiento paralelo de una segunda terapia antimicrobiana que permitiría matar a las bacterias resistentes.

Los nanogeles multifuncionales en desarrollo están pensados en principio para ser aplicados en superficies, aunque los investigadores no descartan que en un futuro puedan ser usados en seres humanos.

En el Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Hallberg y Molina son dos ejemplos que sin duda inspirarán a las nuevas generaciones.

 

Fuente: La Nación

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