La hipertensión arterial (HTA) en el embarazo es la primera causa de muerte materna y perinatal; afecta a 1 de cada 10 embarazadas y la mitad de ellas presenta una forma severa de esta condición. Además, hasta un 17% de las embarazadas sufre lo que se denomina ‘hipertensión gestacional’, que es una forma de presentación de la hipertensión en el embarazo”, que la mayoría de las veces constituye una alteración leve, pero en ocasiones puede plantear complicaciones severas y llegar a tener un gran impacto en la salud de la embarazada y su bebé.
Asimismo, existen mujeres que ya tenían HTA antes de su embarazo, lo que se conoce como ‘HTA crónica del embarazo’. Tanto este grupo como las que presentan hipertensión gestacional tienen mayor riesgo.
En el marco de una charla gratuita para la comunidad, organizada por el Centro Rossi y el laboratorio Teva en Argentina, que tuvo lugar días atrás bajo el título «Hipertensión arterial: cuidados en el embarazo», la Dra. Judith Zilberman, expresidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, invitó a darle importancia a la prevención de la HTA.
La especialista remarcó que el mejor modo de prevenir los cuadros de HTA es mantener un estilo de vida saludable, incluso antes de comenzar la gestación: “También tener una vida activa, con una dieta mediterránea variada y un adecuado aporte de productos lácteos, lo cual puede retrasar la aparición de un problema durante la gestación o, al menos, facilitar su manejo. En la dieta de la mujer embarazada no deben faltar las proteínas, imprescindibles para un adecuado crecimiento del feto. Otro dato importante es que la mujer embarazada e hipertensa debe alimentarse con una dieta normosódica, o sea, que no debe estar totalmente desprovista de sal. De hecho es el único caso de HTA en el que no se prohíbe la sal”.
En cuanto al tratamiento, existen dos elementos a tener en cuenta: cuándo una paciente debe tomar medicación y qué fármacos puede recibir. En primer lugar, aunque se considera HTA a partir de mediciones repetidas mayores a 140-90 mmHg, se debe tener en cuenta que, para medicar a una embarazada, los valores de presión arterial de acuerdo a la mayoría de las guías y recomendaciones son a partir de 150/100 mmHg. Así mismo, no se aconseja disminuir la presión arterial por debajo de 120/70 mmHg, ya que podría reducir el flujo placentario, lo que perjudicaría el normal desarrollo del feto.
Una mujer hipertensa que desea quedar embarazada debe consultar al especialista para que le indique el tratamiento antihipertensivo permitido que no genere daño al feto.
“Es muy común que la paciente embarazada presente hipertensión arterial en el consultorio y presión normal en su domicilio. A este fenómeno se lo llama ‘HTA de guardapolvo blanco’ y es frecuente en las embarazadas. Ante esta situación, es muy útil solicitar una presurometría de 24 horas, que nos permitirá saber realmente si esa paciente tiene hipertensión y requiere tratamiento”, explicó la Dra. Zilberman.
Si bien los obstetras suelen conocer acerca de la importancia de la medición de la presión en la consulta, es pertinente que las embarazadas le recuerden a su médico en cada encuentro que le tome la presión. “A su vez, es conveniente que todos los adultos, lo que también incluye al grupo de las mujeres embarazadas, tengan en su casa un tensiómetro, automático validados para su uso. Hoy en día, los tensiómetros de mercurio están prohibidos y los aneroides deberían calibrarse cada 3-6 meses, situación que no se realiza habitualmente” agregó la Dra. Zilberman.
Aunque la hipertensión suele no presentar síntomas en la población general, hay que prestar atención en las embarazadas si refieren dolor de cabeza intenso, visión borrosa o con puntos negros, dolor en el abdomen derecho o en la boca del estómago, intolerancia a la luz, vómitos y convulsiones, ya que seguramente estaremos en presencia de un caso de urgencia y gravedad. Ante cualquiera de estos síntomas, es pertinente consultar con el especialista.
Esta charla a la comunidad, organizada conjuntamente por el Centro Rossi y Teva en Argentina, permitió profundizar sobre los diferentes factores de riesgo cardiovascular en la mujer desde temprana edad y cómo prevenirlos. También se analizaron los cuidados de la mujer en las diferentes etapas de la vida y en especial durante el embarazo y la lactancia.